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La ley de lo mágico

Amado Osho: una vez nos contaste una historia sobre un viejo que tenía más de cien años. Un día, en su cumpleaños, le preguntaron por qué siempre estaba feliz. Respondió: "Cada mañana, cuando me levanto, tengo la alternativa de ser feliz o infeliz, y elijo ser feliz". ¿Cómo es que en general elegimos ser infelices? ¿Cómo es que no somos conscientes de esta elección?
.....

"Te formularé una de las leyes más profundas de la vida. Tal vez no hayas pensado nunca en ello. Sabes (todo el aparato científico depende de esto) que todo se basa en la relación de causa-efecto. Generas la causa y a ésta la sigue el efecto. La vida es un nexo causal. Plantas la semilla en el suelo y brota. Si la causa esta allí, la sigue el efecto. El fuego está allí: pones la mano en él y te quemas. La causa está allí, y la sigue el efecto. Tomas veneno y mueres. Tú dispones la causa y luego viene el efecto. Ésta es una de las leyes científicas más elementales: que la relación causa-efecto constituye el nexo más íntimo de todos los procesos de la vida.

La religión conoce una segunda ley que es aun más profunda que ésta. Pero esta segunda ley, más profunda que la primera, te parecerá absurda si no la conoces y no la experimentas. La religión dice: produce el efecto, y viene la causa. Esto es absolutamente absurdo en términos científicos. La ciencia dice: si la causa está allí,
viene el efecto. La religión dice que lo contrario también es cierto: generas el efecto y mira, a éste lo sigue la causa.

Hay una situación en la que te sientes feliz. Ha llegado un amigo, ha llamado un ser querido. Una situación es la causa: te sientes feliz. La felicidad es el efecto, siendo la causa la llegada del ser querido. La religión dice: alégrate y el ser querido vendrá. Genera el efecto y se producirá la causa. Y, según mi experiencia personal, la segunda ley es más fundamental que la primera. Lo estuve haciendo y sucedió así. Sólo alégrate, y el ser querido aparecerá. Sólo alégrate y tus amigos estarán allí. Sólo alégrate y todo sucederá.

No es sólo que plantas una semilla en el suelo y brota un árbol. Deja que haya un árbol y tendrás millones de semillas. Si la causa es seguida por el efecto, éste nuevamente es seguido por la causa. Ésta es la cadena. Entonces, se transforma en un círculo: por dondequiera que comiences, genera la causa o el efecto. Y te aviso
que es más fácil producir el efecto, pues éste depende completamente de ti; la causa puede no depender tanto de ti. Si digo que sólo puedo ser feliz cuando determinado amigo está cerca , esto depende de este amigo, de la posibilidad de que esté allí o no. Si digo que no puedo ser feliz hasta que no consiga un completo bienestar económico, esto depende del mundo entero y de la situación económica y todo. Tal vez esto no suceda, y entonces no podré ser feliz.

La causa está más allá de mí, mientras que el efecto está en mí. La causa está en lo que me rodea, en las situaciones: está afuera. El efecto soy yo. Si puedo generar el efecto, la causa se producirá. Elige la felicidad (esto quiere decir que estás eligiendo el efecto) y luego observa qué pasa. Elige el éxtasis y observa qué pasa. Elige ser extático y observa qué pasa. De inmediato, cambiará toda tu vida y verás que ocurren milagros a tu alrededor, pues ahora has generado el efecto, y las causas tendrán que producirse.

Esto parecerá mágico; incluso puedes llamar a esta ley, la ley de lo mágico. La primera es la ley de la ciencia, y la segunda, la de lo mágico. La religión es mágica y tú puedes ser el mago. A esto aspiro: a que seas el mago, a que conozcas el secreto de la magia. Inténtalo. Has estado practicando el otro modo de vida desde siempre: no sólo en esta vida, sino también en muchas otras. Ahora, escúchame: prueba esta fórmula mágica, este mantra que te ofrezco. Genera el efecto y observa qué sucede. De inmediato, te ves rodeado de causas. No esperes que se produzcan las causas: ya has esperado bastante. Elige la felicidad y serás feliz .....


Swarni Ram, uno de los místicos de este siglo, viajó a América. Solía hacerse llamar Badshah Ram (Emperador Ram), ¡y era un mendigo! Alguien le dijo:

-Eres sólo un mendigo, pero sigues haciéndote llamar emperador. Entonces, Ram respondió:

-No te fijes en mis posesiones, fíjate en mí.

Y tenía razón: si te fijas en las posesiones, todo el mundo es un mendigo, hasta un emperador. Puede ser un mendigo más grande: eso es todo. Cuando Ram dijo "¡Mírame!”, en ese momento se transformó en el emperador. Si uno se fijaba, allí estaba el emperador.

Genera el efecto, conviértete en el emperador, sé mago, y desde este mismo momento, pues no hay necesidad de esperar. Uno debe esperar si el reino tiene que llegar primero. Si primero hay que crear la causa, entonces es necesario esperar, esperar, esperar, y posponer. No hay necesidad de esperar para generar el efecto.
Puedes ser el emperador en este mismo momento.

Cuando digo que existas, simplemente sé el emperador y mira: viene el reino, lo sé por mi propia experiencia. No te estoy hablando de una teoría o una doctrina. Sé feliz y, en ese pico de felicidad, verás que el mundo entero está contento contigo.

Hay un viejo dicho: "Si lloras, llorarás solo; si te ríes, el mundo entero se reirá contigo" . Hasta los árboles, las rocas, la arena, las nubes... Si puedes generar el efecto y estar extático, todo bailará contigo. Entonces, toda la existencia se transforma en una danza, en una celebración. Pero depende de ti, de si puedes generar el efecto. Y te digo que puedes generarlo. No podría ser más sencillo. Parece muy difícil porque aún no lo has intentado. ¡Haz la prueba! "

Osho, Mi camino. El camino de las nubes blancas

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