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Esta es la esencia de la religiosidad; ser capaces de compartir incondicionalmente todo lo que sale de nuestro ser, todas las flores y los perfumes.

          "Esta es la esencia de la religiosidad; ser capaces de compartir incondicionalmente todo lo que sale de nuestro ser, todas las flores y los perfumes. Ser tacaño en eso es peligroso. En la vida corriente, cuando le das algo a alguien, tienes que descontártelo. Y si compartes todo con todo el mundo, te convertirás en un mendigo. Pero, desde un punto de vista más elevado, los cálculos funcionan de otra forma, exactamente al contrario: todo lo que te quedas se destruye. Las cosas son muy delicadas, necesitan ser libres. Necesitan tener alas para volar hacia el cielo.

          Cuanto más amor, más compasión, más bendiciones, más alegría y éxtasis des, más notarás que toda la existencia se vuelve generosa contigo y te colma de amor y felicidad desde todos los ángulos. Cuando conozcas este secreto --que no pierdes nada al dar, sino al contrario, recibes más,  lo recibes multiplicado--, la estructura de tu vida se transformará por completo".

OSHO, Una nueva arca de Noé
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