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El maestro no puede darte la divinidad, pero puede inflamar tu corazón con el anhelo de alcanzarla.

"El maestro no puede darte la divinidad, pero puede inflamar tu corazón con el anhelo de alcanzarla.

Un joven representante estaba destrozado porque acababa de perder una venta muy importante cuando creía que la tenía en el saco. Esta discutiendo esta cuestión con su supervisor , y el vendedor se encogió de hombros y dijo:

- Puedes llevar a un caballo hasta el agua, pero no puedes obligarle a beber.
- ¡Dios santo!  --le gritó el Supervisor-- ¿Quién te ha dicho que le obligues a beber? ¡Tu función es despertar su sed!

Esta es la función de un maestro, la de despertar la sed de algo invisible. Es una sed poco común, no puedes demostrar nada a través de la lógica. Es como una infección que, poco a poco, se contagia a todo tu ser. Una mirada del maestro, un gesto en un momento que estabas absolutamente tranquilo y con la mente en blanco..., simplemente una pausa, un silencio, un instante y empieza a bullir algo dentro de ti.

El maestro está ahí fuera. Su mera presencia despierta algo en ti que llevaba dormido mucho tiempo. Empiezas a desperezarte, a abrir los ojos. La relación con un maestro es extraña, seguramente de las más sorprendentes porque el maestro se halla ausente y el discípulo está demasiado presente. Poco a poco, el vacío del maestro inunda al discípulo, que, cuando ve la belleza de este vacío, empieza a desprenderse de su ser...

Esta es la función de un maestro: disipar y dispersar poco a poco tu sueño con su conciencia, con el impacto de su conciencia. Su luz estimula la tuya; su silencio provoca el tuyo...

Sí, hay que observar muy atento al maestro para observar cada gesto, porque sus gestos contienen el verdadero mensaje. Su manera de andar, su manera de sentarse, su manera de mirarte, su manera de ser. Todo lo que diga es secundario; lo importante, lo principal, es observar cómo es. Por eso, todas las personas que se dejan llevar por las discusiones, las palabras, las teorías y las expectativas se pierden lo fundamental".

OSHO, Confianza. Vivir espontáneamente y abiertos a la vida.
http://osho-maestro.blogspot.com/