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YO SOY SIEMPRE RESPONSABLE DE TODO LO QUE SOY. DICHA O MISERIA, ESTA ES MI ELECCIÓN.

"La vida tiene el potencial de convertirse en una canción de dicha, pero existe la posibilidad de que usted la pierda también. No es una certeza, no hay inevitabilidad al respecto. Todo depende: usted puede lograrlo, puede destruirlo. De cada cien personas, el noventa y nueve coma nueve por ciento destruye su canción de dicha. Entonces su vida no es más que un llanto, un grito de dolor y agonía. Pero ellos lo han elegido así; nadie más es responsable.

Esta es la primera verdad que hay que aprender en la vida: que usted es siempre responsable, nadie más. Con ello llega una gran libertad, porque así todas las alternativas quedan abiertas. Si usted piensa que alguien más es responsable, entonces usted es un esclavo; entonces nada queda abierto. Entonces usted tiene que ser lo que es. Si su vida es una tragedia, entonces tiene que ser una tragedia, porque otros son los responsables; a menos que ellos cambien, no puede hacerse nada al respecto. Usted no tiene ninguna libertad.

Y esa es la razón por la que millones de personas viven en la miseria: piensan que otros están creando su miseria. Nadie está creando su miseria, nadie puede crearla; y nadie puede crear su dicha tampoco. Es un fenómeno totalmente individual. Es simplemente su trabajo sobre sí mismo.

Y lo más extraño es: crear miseria es difícil y crear dicha es fácil, pero la gente siempre elige lo difícil, porque lo difícil siempre les da un subidón al ego. Al ego no le interesan las cosas fáciles; sólo le interesan las cosas difíciles. Cuanto más imposible parezca algo, más atractivo le resulta al ego, porque el ego percibe un desafío, y sólo a través del desafío puede conquistar, puede demostrar al mundo: «¡Soy alguien especial!».

La miseria le plantea un desafío: la dicha es muy simple. Los árboles son dichosos, los pájaros son dichosos. No se necesita ningún talento especial para ser dichoso. Para ser miserable se necesita talento; hay que ser realmente muy, muy inteligente para serlo.

La dicha es inocente; usted puede ser dichoso sin ninguna educación, pero no puede ser miserable sin ella, ¡recuérdelo! Es muy difícil. Se necesitan títulos, universidades, mm; entonces sólo así uno se vuelve diestro.

Así que la primera verdad debe calar hondo en el corazón: «Yo soy siempre responsable de todo lo que soy. Dicha o miseria, esta es mi elección. Si he elegido ser miserable, entonces no hay necesidad de estar triste por ello; es mi elección y estoy haciendo lo que debo». ¡Siéntase feliz de haber logrado ser miserable! Si esto no es su elección, abandónela de inmediato, deje todos esos patrones que la crean y empiece a crear nuevos patrones, nuevas puertas por donde empiece a fluir la dicha.

Por ejemplo, la persona que quiere ser miserable tiene que pensar en términos de luchar contra la vida; esa es su gestalt. Siempre está luchando. La persona que quiere ser dichosa debe ser un no-luchador, entregarse a la vida, en una especie de dejarse llevar. La persona que quiere ser miserable tiene que crear grandes ideales, debe imponerse exigencias imposibles. Solo entonces podrá ser miserable; de lo contrario, no lo será. Usted tiene que ser esto, usted tiene que ser aquello, y cuando no puede, surge la frustración.

La persona que desea ser dichosa no tiene ideales en absoluto; es un no-idealista, es un realista. La persona miserable siempre es un idealista. La persona feliz, la persona dichosa, es un realista: vive momento a momento sin ideales. Usted no puede frustrarlo porque él no tiene expectativas. La persona miserable siempre se condena a sí misma porque no logra elevarse lo suficiente para cumplir las exigencias. Es un condenado constante; vive en la autocondenación. La persona dichosa se acepta completamente. No se exige nada. Está relajada, a gusto consigo misma; se ama tal como es.

Así que usted tiene que observar: aquello que crea miseria, déjelo; y aquello que trae dicha como una inundación, cultive ese espacio en usted. Y todo mi esfuerzo aquí es hacer de cada uno de mis sannyasins una canción de dicha: no santos miserables, no caras largas, ¡sino celebrantes! Me interesan los celebrantes, no los santos en absoluto.

Entonces deje que su vida se convierta en una celebración; ¡depende de usted! Ese es el significado de su nombre: hágalo realidad. ¡Es posible y es fácil!"

Osho, "Encienda, sintonice y suelte todo"

Charlas impartidas del 1/12/78 al 31/12/78

Diario Darshan