"Las cualidades del rebelde son multidimensionales. La primera: el rebelde no cree en nada a excepción de su propia experiencia. Su verdad es su única verdad; ningún profeta, ni mesías, ni salvador, escritura sagrada o tradición antigua pueden proporcionarle su verdad...
El rebelde no pertenece a ninguna iglesia ni a ninguna organización porque no desea ser un imitador...
La segunda dimensión no será vivir en el pasado, que ya no es, y tampoco vivir en el futuro, que todavía no es, sino vivir en el presente con tanto estado de alerta y consciencia como se pueda lograr. En otras palabras, vivir conscientemente en el momento. Por lo general vivimos como sonámbulos, caminamos dormidos. El rebelde trata de vivir una vida en alerta. Estar alerta es su religión, estar alerta es su filosofía, estar alerta es su forma de vida.
La tercera dimensión implica que el rebelde no se interesa en dominar a otros. No tiene deseo de poder, porque eso es lo más feo del mundo. El anhelo de poder ha destruido a la humanidad y no le ha permitido ser más creativa, más hermosa, más saludable, más completa. Y es este deseo de poder lo que al final conduce al conflicto, a la competencia, a los celos y a las guerras...
El rebelde vive con una inocencia infantil, y la inocencia es el fenómeno más misterioso. Abre las puertas de todos los secretos de la vida. Sólo una persona rebelde es en verdad revolucionaria y verdaderamente religiosa. No crea una organización, no crea seguidores, no crea iglesias. Pero es posible que los rebeldes sean compañeros de viaje: quizá disfruten estar juntos, bailar juntos, cantar juntos, gritar y llorar juntos, sentir la inmensidad de la existencia y la eternidad de la vida juntos. Pueden mezclarse en una especie de comunión sin rendir la individualidad de nadie; al contrario, la comunión entre rebeldes refresca la individualidad de todos, alimenta la individualidad de todos, otorga dignidad y respeto a la individualidad de todos".
Osho, Viviendo bajo tus propios términos. ¿Cuál es la verdadera rebelión?
http://osho-maestro.blogspot.com/
El rebelde no pertenece a ninguna iglesia ni a ninguna organización porque no desea ser un imitador...
La segunda dimensión no será vivir en el pasado, que ya no es, y tampoco vivir en el futuro, que todavía no es, sino vivir en el presente con tanto estado de alerta y consciencia como se pueda lograr. En otras palabras, vivir conscientemente en el momento. Por lo general vivimos como sonámbulos, caminamos dormidos. El rebelde trata de vivir una vida en alerta. Estar alerta es su religión, estar alerta es su filosofía, estar alerta es su forma de vida.
La tercera dimensión implica que el rebelde no se interesa en dominar a otros. No tiene deseo de poder, porque eso es lo más feo del mundo. El anhelo de poder ha destruido a la humanidad y no le ha permitido ser más creativa, más hermosa, más saludable, más completa. Y es este deseo de poder lo que al final conduce al conflicto, a la competencia, a los celos y a las guerras...
El rebelde vive con una inocencia infantil, y la inocencia es el fenómeno más misterioso. Abre las puertas de todos los secretos de la vida. Sólo una persona rebelde es en verdad revolucionaria y verdaderamente religiosa. No crea una organización, no crea seguidores, no crea iglesias. Pero es posible que los rebeldes sean compañeros de viaje: quizá disfruten estar juntos, bailar juntos, cantar juntos, gritar y llorar juntos, sentir la inmensidad de la existencia y la eternidad de la vida juntos. Pueden mezclarse en una especie de comunión sin rendir la individualidad de nadie; al contrario, la comunión entre rebeldes refresca la individualidad de todos, alimenta la individualidad de todos, otorga dignidad y respeto a la individualidad de todos".
Osho, Viviendo bajo tus propios términos. ¿Cuál es la verdadera rebelión?
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