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Tenlo muy claro: la única persona a la que puedes ayudar ahora mismo eres tú mismo.

“Siempre hay problemas en el mundo, y el mundo siempre ha estado ahí, y el mundo seguirá estando ahí. Si te pones a solucionarlos: cambiando las circunstancias, cambiando a la gente, pensando en un mundo utópico, cambiando el gobierno, la estructura, la economía, la política, la educación, estarás perdido. Esa es la trampa conocida como política.

Así es como mucha gente desperdicia su propia vida. Tenlo muy claro: la única persona a la que puedes ayudar ahora mismo eres tú mismo. Ahora mismo no puedes ayudar a nadie. Esto puede ser sólo una distracción, sólo un truco de la mente. Ve tus propios problemas, ve tus propias ansiedades, ve tu propia mente, y primero trata de cambiarla.

Le ocurre a mucha gente: en el momento en que se interesan por algún tipo de religión, meditación, oración, inmediatamente la mente les dice: "¿Qué haces sentado aquí en silencio? El mundo te necesita; hay mucha gente pobre. Hay muchos conflictos, violencia, agresiones. ¿Qué haces rezando en el templo? Ve y ayuda a la gente".

¿Cómo puedes ayudar a esa gente? Eres igual que ellos. Puedes crearles aún más problemas, pero no puedes ayudar. Así es como todas las revoluciones han fracasado siempre. Ninguna revolución ha tenido éxito porque los revolucionarios están en el mismo barco.

La persona religiosa es aquella que entiende que "soy muy pequeño, soy muy limitado. Si con esta energía limitada, aunque sea puedo cambiarme a mí mismo, eso será un milagro". Y si puedes cambiarte a ti mismo, si eres un ser totalmente diferente con una nueva vida brillando en tus ojos y una nueva canción en tu corazón, entonces tal vez también puedas ser útil a los demás, porque entonces tendrás algo que compartir….

Un famoso psicólogo había comprado una granja sólo por diversión. Cada vez que echaba grano en sus surcos, un ejército de cuervos negros se abalanzaba y engullía su grano.

Finalmente, tragándose su orgullo, el psicólogo recurrió a su viejo vecino, Mulla Nasrudin.

El Mulla entró en el campo y realizó todos los movimientos de siembra sin utilizar ninguna semilla. Los cuervos se abalanzaron, protestaron brevemente y se fueron volando. El Mulla repitió el proceso al día siguiente y luego al siguiente, cada vez enviando a las aves desconcertadas y hambrientas. Finalmente, al cuarto día, plantó el campo con grano; ni un cuervo se molestó en venir.

Cuando el psicólogo intentó dar las gracias a Mulla, éste gruñó. "Sólo es psicología ordinaria", dijo. "¿Has oído hablar de ella?"

Recuerda que se trata de una psicología muy sencilla y ordinaria: no meter las narices en los asuntos de los demás. Si están haciendo algo mal, son ellos los que deben darse cuenta. Nadie más puede hacer que se den cuenta. A menos que ellos decidan darse cuenta, no hay manera, y tú estarás perdiendo tu valioso tiempo y energía. Tu primera responsabilidad es transformar tu propio ser. Y cuando tu ser se transforma, las cosas empiezan a suceder por sí solas.

Te conviertes en una luz y la gente empieza a encontrar su camino a través de tu luz. No es que tú vayas, no es que les obligues a ver. Tu luz, ardiendo brillantemente, es suficiente invitación; la gente empieza a venir. Quien necesite luz vendrá a ti. No hay necesidad de ir detrás de nadie porque eso mismo es una tontería. Nadie ha cambiado a nadie contra su voluntad. No es así como suceden las cosas. Esto es psicología común y corriente; ¿has oído hablar de ella?... sólo guárdate para ti mismo".

Osho, The Beloved, Vol. 2

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