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El veneno de la ambición.

“...lo que se ha alimentado a la mente humana en mayor cantidad, es el veneno de la ambición. Toda la estructura de nuestra sociedad se basa en la ambición. Nos empeñamos en que el niño más pequeño sea ambicioso. Se le incita a ser el primero en todo lo que hace, ya sea en la escuela o en el juego, en el aprendizaje de la conducta o en la ropa; haga lo que haga, o lo que le hagamos hacer, vemos que está bien atrapado en el espíritu de la competencia.

Ambición significa: Hacemos que su ego compita con el de los demás. Le decimos que los demás no deben superarle. Si se queda atrás no dejará lugar para su ego. Así que dondequiera que esté, siempre debe tratar de estar en la cima. Esto es lo primero, es nuestro veneno. Ya sea en la ropa o en los negocios o en la educación o ya sea en la adoración y la oración o en la renuncia o en la penitencia se nos enseña constantemente a recordar que "estoy siendo juzgado frente a otros". Tengo que ver siempre cuál es mi posición con respecto a los demás. ¿Cuál es mi lugar en la fila? ¿Me he quedado atrás? Si es así, me dolerá…

El Fakir Zen Rinzai le decía a un hombre que estaba fuera de su cabaña. "¿Ves esos árboles que llegan al cielo y ves esos arbustos de allá?" "Hace años", dijo, "que vivo cerca de estos árboles y nunca he oído a los arbustos preguntarse por qué los árboles son tan altos. Tampoco he visto nunca a los altos árboles mirando con altivez a los pequeños arbustos". "¿Cuál es el secreto?" le preguntó su compañero. "El secreto es sólo éste", dijo Rinzai, "que los árboles son árboles porque la naturaleza los hizo así y los arbustos son arbustos por la misma razón". No se consigue ningún estatus por ser grande y no se pierde prestigio por ser pequeño. La misma naturaleza que hace que los árboles sean altos, hace que las hierbas sean pequeñas. Tampoco es necesario que los que son grandes lo sean siempre en todos los aspectos. Cuando llega la tormenta, los árboles grandes son arrancados de raíz, mientras que la hierba baja queda ilesa…”

Osho, The Way of Tao