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La vida es un eterno peregrinaje.

 “La seriedad es una enfermedad. Un buscador serio busca la verdad con tristeza, con una carga en su cabeza. No está interesado en el peregrinaje.


Sólo le interesa el fin, la meta, el paraíso, el cielo, cualquiera que sea el nombre elegido por el maestro. Mi propio entendimiento es: no hay cielo y no hay paraíso, no hay meta. La vida es un eterno peregrinaje.


Ahora, hacer que la gente sea seria es hacer que se enfermen para la eternidad. Perderán toda la alegría, se encogerán, todo su jugo desaparecerá. No verán la belleza del camino y de los árboles y de las montañas que atravesarán, porque la seriedad no permite estas cosas. La seriedad condena todo esto como mundano.


Para mí, no existe una división como lo mundano y lo sagrado. Es un solo universo. No hay dos universos.


Sí, el mismo universo que puedes mirar de forma mundana, puedes mirarlo de forma sagrada. La distinción no es entre dos universos, la distinción es sólo en dos puntos de vista. Y mi sensación es que cuanto más alegre seas, cuanto más lleno de jugo, de amor, de risa, de música y de danza, más se convertirá tu viaje en un peregrinaje tremendamente hermoso.


Y como no hay meta... La vida es eterna, por lo tanto no puede haber ninguna meta. Todas las ideas de metas son contradictorias con la idea de la vida eterna. Y si la vida es eterna, entonces tienes que disfrutar cada momento como si hubieras llegado a la meta. Cada momento es una meta en sí mismo. No esperes a alegrarte cuando hayas alcanzado la meta. Ese tipo de meta no existe. Aprovecha cada momento como si hubieras llegado. Siempre es como si hubieras llegado. Siempre estás llegando.


Y no creo que la existencia quiera que seas serio. No he visto un árbol serio. No he visto un pájaro serio. No he visto un amanecer serio. No he visto una noche estrellada seria. Parece que todos ríen a su manera, que bailan a su manera. Puede que no lo entendamos, pero hay un sentimiento sutil de que toda la existencia es una celebración. Yo les enseño a celebrar. Y la risa debe ser, sin duda, uno de los principales ingredientes de esta celebración.


...no hay meta, sino sólo el camino.


Y a menos que aprendas a disfrutar del propio camino, te volverás cada vez más serio -porque la meta no está ahí-, cuanto más lejos te muevas en el camino, más encogido y muerto estarás. Si quieres permanecer en sintonía con la vida, entonces permanece siempre en la celebración. Encuentra en cada momento, en cada situación, una posibilidad de fiesta. Y no conozco una sola situación en la que no puedas encontrar alguna manera de celebrar.


Incluso la muerte te he enseñado a celebrar. Alguien se ha liberado del cuerpo, y tú estás llorando. Siente vergüenza. Alguien ha salido de la cárcel y tú estás llorando. ¡Querías que el pobre hombre permaneciera siempre en la cárcel! A menos que sepas cómo convertir lo peor en lo mejor, no eres consciente de la verdadera esencia de sannyas”.


Osho, Sat Chit Anand

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