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Hay mil y una formas de hacer el amor.

“Pero para mí todo es amor. Hablar con mi gente es hacerles el amor. Mis palabras que llegan a sus corazones crean reacciones orgásmicas en su ser. Solo ir y venir, bailar con mi gente... solo por un segundo detenerse a bailar con alguien, y eso es suficiente. Esa mujer no va a dormir toda la noche --puedes preguntarle a la mujer-- va a soñar continuamente con el baile.


Ya he hecho el amor. Para mí el amor no tiene nada que ver con el sexo.


Hay mil y una formas de hacer el amor. El sexo es lo más bajo, la herencia animal. Y me gustaría que mi pueblo se elevara por encima de la biología. Sólo entonces serán realmente libres. Entonces podrán encontrar miles de formas de hacer el amor. Simplemente sentarse juntos en silencio sin hacer nada, pero llenos de amor el uno por el otro, y hay un cierto encuentro que se produce entre las dos energías. Así que continuamente hago el amor con mi gente de todas las formas posibles….


Para un hombre que ha pasado por la puerta del otro lado, todo es amor.


Durante las veinticuatro horas, hago el amor a la existencia de diferentes maneras. Si me ducho, disfruto tanto como si hago el amor con una mujer. ¿Cuál es la diferencia? Estoy contactando con la existencia a través del agua. No es necesario que haga el contacto con la existencia a través de un cuerpo femenino.


Comiendo, estoy haciendo el amor, porque como con tanta alegría. Y no veo ninguna diferencia. Mi alegría es la misma. Así que las veinticuatro horas estoy enamorado. No importa lo que esté haciendo. Eso se puede tomar como criterio del hombre que ha ido más allá de la iluminación: todo lo que hace es amor. Todo lo que dice es amor.


Si no hace nada, eso es amor. Si permanece en silencio, eso es amor.


Ahora, ¿deberíamos empezar a bailar?”


Osho, El Último Testamento, Volumen 1

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