“La inteligencia, la focalización de la mente es un medio hacia la supervivencia, pero no hacia la vida. El sobrevivir no es la vida. Sobrevivir es una necesidad, existir en el mundo material es una necesidad, pero la meta es conseguir llevar a la superficie el potencial oculto, todo lo que se entiende con la palabra “tú". Si estás completamente satisfecho, si nada queda como semilla dentro de ti, si todo se realiza, si eres un constante florecer, entonces y sólo entonces puedes sentir la felicidad, el éxtasis de la vida. La parte negada de ti, la parte inconsciente, puede ser activa y creadora sólo si le añades una nueva dimensión a tu vida: la dimensión de la fiesta, la dimensión del juego. Así, la meditación no es un trabajo, es un juego. El orar no es un negocio, es un juego. Meditación no es algo a hacer para conseguir un objetivo --paz, felicidad...-- sino algo para ser disfrutado como fin en sí mismo. La dimensión festiva es la que más importa que entendamos... y la he...