Ir al contenido principal

El amor es un fin en sí mismo. Simplemente amas por el amor mismo.

“Amas a alguien. ¿Para qué? Por el amor mismo. Si dices que lo amas por el dinero que tiene, entonces no lo amas. Si dices que lo amas por el prestigio que te da amarlo, entonces no lo amas, estás haciendo otra cosa. Está sucediendo otra actividad, pero no es amor; negocios, política, tal vez otra cosa, pero no es amor en absoluto. El amor es un fin en sí mismo. Simplemente amas por el amor mismo. ¿Para qué cantan estos pájaros? ¿Para qué? Por el mero placer del canto. No están cantando para obtener un premio. No están cantando para una competencia. Ni siquiera están cantando para que los escuches. Sólo están cantando. Están llenos de energía y la energía los desborda. Hay demasiada energía. ¿Qué hacer con ella? Comparten con la existencia. Son derrochadores, no mezquinos. Si tú cantas, primero buscas para qué ¿Va a apreciarlo la gente? ¿Te van a recompensar de alguna forma, grande o sutil? Entonces no eres cantante, eres un hombre de negocios. Si danzas para que te vea la audiencia y estás buscando su aprecio, su aplauso, entonces no eres danzante. Un danzante tan sólo danza. Si la gente lo ve y lo aprecia y lo disfruta, ya es otra cosa. Ése no es el objetivo. Un danzante puede danzar solo, sin que nadie lo vea. Un cantante puede cantar solo. La actividad misma le está dando tanto que no hay necesidad de otro objetivo, de otro propósito”.

Osho, El poder del amor