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Habría que buscar siempre métodos para convertir la desgracia en una bendición

"Una vez, un amigo mío, un hombre muy mayor, de setenta y ocho años, se cayó de la escalera y se rompió muchos huesos. Los médicos le dijeron que tenía que estar en cama durante seis meses porque era muy mayor y el cuerpo necesitaría mucho tiempo para volver a recuperar la fuerza.

Era un hombre activo, realmente activo. Cuando fui a verlo, se puso a llorar, y no es una persona que llore normalmente; nunca lo había visto llorar antes. Me dijo: "Habría sido mejor que me hubiera muerto. La muerte no es algo tan malo, pero estar tumbado en la cama seis meses es algo imposible. Me voy a suicidar. Seis meses me parece una eternidad, además, tengo muchos dolores, no lo podré soportar". Yo le dije que hiciera una cosa: que cerrara los ojos y que se dirigiera hacia donde había dolor, que lo localizara.

Durante media hora contempló en su interior. Se le relajó la cara, y después de media hora, cuando volví, parecía un hombre totalmente distinto. Me dijo: "Fui capaz de contemplar, fui capaz de ver, y al verlo y contemplarlo, de repente, me di cuenta de que estoy separado del dolor".

Esos seis meses se convirtieron en una bendición. Tuvo que permanecer en cama, pero continuó contemplando. Por primera vez en su vida se convirtió en un meditador. Ahora siempre dice que es lo mejor que le ha ocurrido en la vida. Lo ha convertido en un proceso cotidiano. Durante al menos dos o tres horas al día se tumba de espaldas en la cama, aunque ahora ya no le hace falta, sólo para contemplar.

Habría que buscar siempre métodos para convertir la desgracia en una bendición. Siempre hay una manera, sólo hay que buscarla. Este es el arte fundamental de la vida: cómo cambiar la infelicidad en celebración, cómo cambiar la maldición en celebración, cómo utilizar el sufrimiento para crecer, cómo utilizar el dolor para renacer.

Inténtalo, ¿de acuerdo? Será maravilloso".

Osho, Cara a cara con Osho. Ante todo, no dudes