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Mi sannyasin tiene que ser una síntesis del hombre y la mujer, del día y la noche, del mundo y de la renunciación, de la materia y el espíritu, de la tierra y el cielo.

"La mujer es estática, el hombre es dinámico. Por eso ves que las mujeres parecen tan apacibles y que los hombres parecen tan inquietos...El principio del descanso es femenino y el principio de  la inquietud es masculino, de ahí la redondez y la belleza de la mujer y el constante estado febril del hombre.

Pero para crecer necesitarás el principio de la inquietud en ti, porque crecimiento significa cambio. La mujer es básicamente ortodoxa, el hombre es básicamente no convencional...

El crecimiento necesita que se funda en ti el principio estático. La mujer en ti está congelada; tiene que fundirse para que puedas volverte un río. Pero el río también necesita el apoyo de las orillas, que son estáticas, recuerda. Si el río no tiene orillas, nunca llegará al océano. Y si el río está congelado nunca llegará al océano. De modo que el río tiene que fundirse, volverse agua y, sin embargo,  tiene que aceptar el apoyo de las orillas, que son estáticas. El hombre perfecto es el que ha usado su dinamismo como río y su estabilidad como orillas.  Éste es el equilibrio perfecto...

Mi sannyasin tiene que ser una síntesis del hombre y la mujer, del día y la noche, del mundo y de la renunciación, de la materia y el espíritu, de la tierra y el cielo".

Osho, El secreto de los secretos. Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada