Una sannyasin dice: "Yo pensaba que había creado una vida maravillosa para que mis hijos fueran felices, pero mi hijo no hace más que cogerse rabietas y decir que quiere volver a casa (a Inglaterra). No sé si los niños son felices. A lo mejor les estoy obligando a serlo, y eso sería absurdo. "Siempre es mejor que hagas caso a sus sentimientos antes que a tu idea de felicidad, porque no hay nadie que pueda decidir por otra persona qué es lo que va a ser para ella la felicidad. A veces es muy difícil para una madre porque ella tiene sus propias ideas de lo que es la felicidad. Puede que los niños no se sientan felices según tu criterio, así que harás que sean infelices, y después tú serás infeliz. Ámalos, pero no los obligues a seguir un determinado patrón de felicidad. Deja que sean libres para encontrar su propia felicidad y siempre te lo agradecerán... Así que deja que crezcan en libertad. No hay duda de que eso supone un riesgo, pero ¿qué puedes hacer? La vida ...