"El hombre necesita un cuerpo mejor, un cuerpo más sano. El hombre necesita un ser más consciente, más alerta. El hombre necesita todo el confort y el lujo que la existencia está dispuesta a entregar. La existencia puede ofrecerte el paraíso aquí ahora, pero tú lo pospones: lo pospones para después de la muerte. En Sri Lanka estaba muriéndose un gran místico, venerado por miles de personas. Sus discípulos estaban reunidos junto a él. Abrió los ojos; tan sólo le quedaban unos instantes para partir, para partir para siempre. Todos estaban impacientes en escuchar sus últimas palabras. Entonces el anciano dijo: "Toda mi vida os he estado impartiendo enseñanzas acerca de la felicidad, el éxtasis, la meditación... Estoy a punto de dejar este mundo, ya no podréis disponer de mí por más tiempo. Me habéis estado escuchando, pero nunca habéis practicado mis enseñanzas. Siempre lo habéis dejado para mañana. Ahora ya...