“No quiero que nadie sea un monje, quiero que estés en el
mundo. La meditación no necesita ser hecha las veinticuatro horas; la
meditación es sólo un pequeño vislumbre –y
entonces realiza tu trabajo. Poco a poco ese vislumbre empezará a difundirse en
tus acciones, en tus silencios, en tus canciones, en tus danzas.
No hay necesidad de desperdiciar veinticuatro horas y
volverte un parásito. Y cuando te vuelves un parásito de la sociedad, no puedes
rebelarte en contra de la sociedad. No puedes decir ni una sola cosa en contra
de cualquier superstición.
Mi gente puede ser un sannyasin y aún así ser absolutamente
rebelde, porque no depende de nadie. Su meditación es su propio asunto
personal”.
Osho, The
Buddha: The Emptiness of the Heart