“Una mañana, Gautama Buda pasaba por una aldea con uno de
sus más íntimos discípulos, Ananda. Una mosca viene y se posa en su frente. Él
está respondiendo algunas preguntas de Ananda, y está tan absorto en
responderle que, sin ninguna consciencia, mecánicamente, agita su mano. La
mosca se va, pero entonces él, de repente, se da cuenta de que al agitar su
mano lo hizo sin consciencia; fue algo
mecánico. Puedes hacer cosas así incluso cuando estás dormido. Si mientras
duermes sientes que algo te sube por el pie tú simplemente te lo quitas, y tu
sueño no se perturba. Es un proceso mecánico; tu cuerpo lo hace sin molestarte.
Buda se detuvo en plena calle y levantó su mano de nuevo, y
con gran gracia y consciencia la trajo hasta su frente. Ananda dijo: ‘¿Qué
haces? La mosca se ha ido’.
Buda dijo: ‘la mosca no me interesa, estoy interesado en mí
mismo. Actué sin consciencia. Estaba tan metido en tus preguntas y
respondiéndote, y mi mano se movió mecánicamente; estoy tratando de ver cómo
debería haberse movido. No tiene nada que ver con la mosca. Mi mano ha debido
moverse con consciencia'".
Osho,
Reflections on Khalil Gibrans The Prophet