"En cierta ocasión, alguien me preguntó: "Siempre que me enamoro, la meditación se perturba. Siempre que medito, empiezo a perder interés en el amor. ¿Qué puedo hacer? ¿Qué debo elegir?". La idea de la elección surge por las polaridades. Sí, es cierto: si vas hacia el amor, tenderás a olvidarte de la meditación; y si vas hacia la meditación, perderás interés en el amor. ¡Pero aún así, no hay necesidad de elegir! Cuando te apetezca ir hacia el amor, ve hacia el amor; no elijas. Y cuando te apetezca ir hacia la meditación, ve hacia la meditación; no elijas. No hay necesidad de elegir. Además, el deseo de ambas cosas nunca surge a la vez. Eso es algo que hay que entender, es de vital importancia: el deseo de ambas cosas nunca surge a la vez. Es imposible, porque el amor es el deseo de estar con otra persona; el amor significa estar enfocado en el otro. Y la meditación significa olvidarse del otro y enfocarse en uno mismo. Ambos deseos no p...