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Se medita porque sí, como se ama porque sí. Pregúntale a una rosa por qué florece. Florece sin más. Florecer es muy hermoso, sin ningún motivo.

          "...dicen los maestros del zen que se necesita el esfuerzo sin esfuerzo.
          ¿A qué se refieren con  el esfuerzo sin esfuerzo? Dicen que hay que trabajar con ahínco pero no con miras al futuro. Hay que disfrutarlo, sin ningún otro objetivo. Aún si no se consigue nada haciéndolo, es hermoso por sí mismo. Y eso es lo más difícil para la mente humana. Por eso lo llamo trabajar con ahínco.
          Lo más difícil consiste en hacer algo porque sí, cantar porque sí, meditar porque sí, amar porque sí.
          Eso es lo más difícil para la mente humana, porque la mente siempre tiene las miras puestas en el futuro. Dice: "¿Cómo que porque sí? ¿Para qué? ¿Qué voy a sacar en claro con eso?"   Hay personas que vienen a verme y me dicen: "Podemos meditar, pero ¿qué vamos a sacar en claro?  Podemos ser sannyasins, pero ¿qué vamos a obtener con eso?".  Así es la mente, codiciosa...
          Se medita porque sí, como se ama porque sí.
          Pregúntale a una rosa por qué florece. Florece sin más. Florecer es muy hermoso, sin ningún motivo. Pregúntales a los pájaros por qué cantan. Cantan sin más. Les gusta, les encanta, sin motivo.
          Deshazte de la mente y desaparecerá el motivo. De modo que al menos durante unas horas al día haz cosas porque sí: bailar, cantar, tocar la guitarra, estar con amigos o contemplar el cielo. Al menos durante unas horas dedica tiempo a actividades gratuitas. Esas son las actividades en las que hay que trabajar con ahínco.
          Ya sé que la mente es muy perezosa.  Le gusta soñar y no quiere trabajar; por eso piensa sin cesar en el futuro. Pero la mente es muy perezosa y sólo piensa en el futuro para eludir el presente y eludir así el reto del presente".

Osho, El libro del ego