“El teísmo es otro nombre para la esperanza infinita.
Es paciencia…es la confianza en Leela, en el juego de la vida,
y, por lo tanto, con el teísmo no puede haber quejas.
El teísmo es aceptación, es rendirse, aceptar lo que está más allá del yo...
En 1914 se produjo un incendio en el Laboratorio de Thomás
Edison. Maquinaria por valor de millones y todos los artículos
relacionados con su investigación de por vida fueron quemados hasta las
cenizas.
Al enterarse de esta tragedia, su hijo Charles vino a buscarlo
y lo encontró de pie a un lado disfrutando de la vista de las llamas
saltarinas.
Al ver a Charles, Edison le dijo: ¿Dónde está tu madre? Ve a
buscarla y tráela aquí rápidamente ¡Un espectáculo que nunca volverá a ver!
Al día siguiente, caminando entre las cenizas de sus
esperanzas y sueños, el inventor de 67 años dijo:
¡Qué beneficio hay en la destrucción! ¡Todos nuestros errores han sido quemados hasta convertirse
en cenizas, gracias a Dios! ¡Ahora podemos empezar de nuevo otra vez!
La gracia de Dios es infinita.
Sólo necesitamos los ojos para verlo”.
Osho, Una taza de té