“La experiencia que ocurre en la meditación tiene que estar presente en tus asuntos diarios.
Tanto si eres un ama de casa cocinando, como si trabajas en una oficina o en una tienda --cualquier tipo de vida que estés viviendo, tu meditación tiene que estar alerta en cada actividad...
Cuanto más la vives, más se convierte en una experiencia normal; cuanto más la vives, menos posibilidades hay de que se te quite por los viejos hábitos. Vendrán como inundaciones, pero hay que recordar una cosa: que una pequeña llama de una vela es suficiente para destruir la oscuridad de millones de años”.