"Tu vida se ha vuelto únicamente trabajo, sin diversión. La diversión es lo inútil, lo inmenso; el trabajo es lo útil, lo trivial, lo pequeño. Has llenado tu vida totalmente con el trabajo. Siempre que haces algo la primera cosa que te viene a la cabeza es, ¿Tiene alguna utilidad? Si la tiene, la haces.
Sartre sitúa una de sus historias en el próximo siglo, el veintiuno. Un hombre muy rico dice, "El amor no es para mí, sólo es para los pobres. Por lo que a mí concierne, que mis sirvientes se lo queden".
Desde luego, ¿por qué debería un Ford perder el tiempo amando a una mujer? Un simple sirviente puede hacerlo. El tiempo de Ford es más valioso. Debería invertirlo en algo provechoso.
¡Es posible! Observando a la mente humana cómo funciona, es posible que en el futuro sólo los sirvientes hagan el amor. Cuando puedes delegar en un sirviente, ¿por qué ocuparte tú mismo? Cuando todo se mide en términos económicos, cuando un Ford, un Rockefeller pueden emplear su tiempo de una forma más adecuada, ¿por qué tendrían que malgastar su tiempo con una mujer? Pueden enviar a un sirviente, será menos problemático.
Parece absurdo hablar de estas cosas pero ya han ocurrido en muchas dimensiones de la vida. Nunca juegas, lo hacen tus sirvientes. Nunca eres un participante activo en nada alegre, los demás lo hacen por ti. Acudes a ver un partido de fútbol: otros lo juegan y tu tan sólo observas, eres un espectador pasivo, sin implicarte. Vas a ver una película, y otros están haciendo el amor, creando guerras, violencia, de todo; tu tan sólo eres un espectador en tu asiento. Es tan inútil que no necesitas preocuparte. Cualquiera puede hacerlo, tu tan sólo miras. El trabajo lo haces tu; la diversión, los demás por ti. ¿Y por qué no pues el amar? Usando la misma lógica, alguien lo hará.
La vida aparenta sin sentido porque su significado consiste en un equilibrio entre lo útil y lo inútil. Has negado lo inútil absolutamente. Has cerrado la puerta. Sólo queda lo útil y te abruma en demasía.
Es un síntoma de haber triunfado el que sobre los cuarenta tengas úlceras, demuestra que eres un triunfador. Si has superado los cuarenta y estás en los cincuenta y todavía la úlcera no ha aparecido, eres un fracasado. ¿Qué has estado haciendo durante toda tu vida? Debes de haber estado perdiendo el tiempo.
A los cincuenta deberías de tener el primer ataque de corazón. Los científicos han calculado que hoy en día sobre los cuarenta un hombre debe de sufrir de úlcera, y a los cincuenta el primer ataque de corazón. A los sesenta ha muerto y nunca ha vivido. No tenía tiempo para vivir. Había tantas cosas importantes que hacer, que no tuvo tiempo para vivir.
Mira a tu alrededor, mira a los triunfadores; políticos, millonarios, grandes industriales, ¿qué les ocurre? No atiendas a lo que poseen, obsérvalos directamente, porque si miras las cosas serás engañado. Los objetos no tienen úlceras, los coches no tienen ataques de corazón, las casas no se hospitalizan. No atiendas a las cosas, sino serás engañado. Mira a la persona sin sus posesiones, mírala directamente a ella y sentirás entonces su pobreza. Incluso un mendigo puede ser entonces un millonario. Incluso un pobre puede ser más rico en lo que concierne a la vida.
El éxito fracasa, y nada fracasa tanto como el éxito, pues el hombre de éxito pierde su conexión con la vida, con todo. El hombre que triunfa está haciendo un mal trueque, cambiando lo real por lo irreal, tirando diamantes y coleccionando guijarros de colores de la playa; coleccionando guijarros y perdiéndose los diamantes.
Un rico es un perdedor, un triunfador es un fracaso. Pero debido a que miras con los ojos de la ambición atiendes a lo que se posee. Nunca observas al político, ves su cargo, su puesto de primer ministro. Miras el poder, nunca miras a la persona que está sentada ahí absolutamente inerte, perdiéndoselo todo, sin tener tan siquiera un atisbo de lo que es la dicha. Ha comprado el poder, pero al adquirirlo se ha perdido a sí mismo. Y es un mal negocio.
Oí una vez que, tras un mitin multitudinario, un líder político le gritaba a su manager. El manager no podía entenderlo. El líder le estaba diciendo, "¡He sido engañado!".
El manager le contestó, "No lo entiendo, el rally fue un éxito. Miles de personas acudieron, y ¡mira tus guirnaldas! Te han cubierto de flores, ¡cuéntalas! El líder le contestó, "He pagado doce y sólo hay once”.
Al final, todo triunfador siente que ha sido estafado. Eso tiene que ocurrir, ha de suceder, es inevitable, porque ¿qué estás dando y qué estás recibiendo? El yo interior se pierde por alcanzar pasiones fútiles. Puedes engañar a los demás, pero ¿cómo podrás engañarte a ti mismo. Al final contemplarás tu vida y verás que te la has perdido por causa de lo útil.
Lo inútil debe de estar ahí. Lo útil es como un jardín, limpio, cuidado; lo inútil es como un bosque inmenso, natural, no puede ser tan limpio ni tan cuidado. La naturaleza tiene su propia belleza y cuando algo está tan limpio y arreglado, está ya muerto. Un jardín no puede estar muy vivo porque lo podas, lo cortas, lo manipulas. Un gran bosque tiene una vitalidad, un alma muy poderosa. Métete en un bosque y siente el impacto; piérdete en un bosque y sabrás de su poder. En un jardín no puedes sentir su poder; no está ahí, es hecho por el hombre. Puedes contemplarlo, es hermoso, pero es cultivado, está planeado, manipulado".
Osho, El bote vacío
http://osho-maestro.blogspot.com
Sartre sitúa una de sus historias en el próximo siglo, el veintiuno. Un hombre muy rico dice, "El amor no es para mí, sólo es para los pobres. Por lo que a mí concierne, que mis sirvientes se lo queden".
Desde luego, ¿por qué debería un Ford perder el tiempo amando a una mujer? Un simple sirviente puede hacerlo. El tiempo de Ford es más valioso. Debería invertirlo en algo provechoso.
¡Es posible! Observando a la mente humana cómo funciona, es posible que en el futuro sólo los sirvientes hagan el amor. Cuando puedes delegar en un sirviente, ¿por qué ocuparte tú mismo? Cuando todo se mide en términos económicos, cuando un Ford, un Rockefeller pueden emplear su tiempo de una forma más adecuada, ¿por qué tendrían que malgastar su tiempo con una mujer? Pueden enviar a un sirviente, será menos problemático.
Parece absurdo hablar de estas cosas pero ya han ocurrido en muchas dimensiones de la vida. Nunca juegas, lo hacen tus sirvientes. Nunca eres un participante activo en nada alegre, los demás lo hacen por ti. Acudes a ver un partido de fútbol: otros lo juegan y tu tan sólo observas, eres un espectador pasivo, sin implicarte. Vas a ver una película, y otros están haciendo el amor, creando guerras, violencia, de todo; tu tan sólo eres un espectador en tu asiento. Es tan inútil que no necesitas preocuparte. Cualquiera puede hacerlo, tu tan sólo miras. El trabajo lo haces tu; la diversión, los demás por ti. ¿Y por qué no pues el amar? Usando la misma lógica, alguien lo hará.
La vida aparenta sin sentido porque su significado consiste en un equilibrio entre lo útil y lo inútil. Has negado lo inútil absolutamente. Has cerrado la puerta. Sólo queda lo útil y te abruma en demasía.
Es un síntoma de haber triunfado el que sobre los cuarenta tengas úlceras, demuestra que eres un triunfador. Si has superado los cuarenta y estás en los cincuenta y todavía la úlcera no ha aparecido, eres un fracasado. ¿Qué has estado haciendo durante toda tu vida? Debes de haber estado perdiendo el tiempo.
A los cincuenta deberías de tener el primer ataque de corazón. Los científicos han calculado que hoy en día sobre los cuarenta un hombre debe de sufrir de úlcera, y a los cincuenta el primer ataque de corazón. A los sesenta ha muerto y nunca ha vivido. No tenía tiempo para vivir. Había tantas cosas importantes que hacer, que no tuvo tiempo para vivir.
Mira a tu alrededor, mira a los triunfadores; políticos, millonarios, grandes industriales, ¿qué les ocurre? No atiendas a lo que poseen, obsérvalos directamente, porque si miras las cosas serás engañado. Los objetos no tienen úlceras, los coches no tienen ataques de corazón, las casas no se hospitalizan. No atiendas a las cosas, sino serás engañado. Mira a la persona sin sus posesiones, mírala directamente a ella y sentirás entonces su pobreza. Incluso un mendigo puede ser entonces un millonario. Incluso un pobre puede ser más rico en lo que concierne a la vida.
El éxito fracasa, y nada fracasa tanto como el éxito, pues el hombre de éxito pierde su conexión con la vida, con todo. El hombre que triunfa está haciendo un mal trueque, cambiando lo real por lo irreal, tirando diamantes y coleccionando guijarros de colores de la playa; coleccionando guijarros y perdiéndose los diamantes.
Un rico es un perdedor, un triunfador es un fracaso. Pero debido a que miras con los ojos de la ambición atiendes a lo que se posee. Nunca observas al político, ves su cargo, su puesto de primer ministro. Miras el poder, nunca miras a la persona que está sentada ahí absolutamente inerte, perdiéndoselo todo, sin tener tan siquiera un atisbo de lo que es la dicha. Ha comprado el poder, pero al adquirirlo se ha perdido a sí mismo. Y es un mal negocio.
Oí una vez que, tras un mitin multitudinario, un líder político le gritaba a su manager. El manager no podía entenderlo. El líder le estaba diciendo, "¡He sido engañado!".
El manager le contestó, "No lo entiendo, el rally fue un éxito. Miles de personas acudieron, y ¡mira tus guirnaldas! Te han cubierto de flores, ¡cuéntalas! El líder le contestó, "He pagado doce y sólo hay once”.
Al final, todo triunfador siente que ha sido estafado. Eso tiene que ocurrir, ha de suceder, es inevitable, porque ¿qué estás dando y qué estás recibiendo? El yo interior se pierde por alcanzar pasiones fútiles. Puedes engañar a los demás, pero ¿cómo podrás engañarte a ti mismo. Al final contemplarás tu vida y verás que te la has perdido por causa de lo útil.
Lo inútil debe de estar ahí. Lo útil es como un jardín, limpio, cuidado; lo inútil es como un bosque inmenso, natural, no puede ser tan limpio ni tan cuidado. La naturaleza tiene su propia belleza y cuando algo está tan limpio y arreglado, está ya muerto. Un jardín no puede estar muy vivo porque lo podas, lo cortas, lo manipulas. Un gran bosque tiene una vitalidad, un alma muy poderosa. Métete en un bosque y siente el impacto; piérdete en un bosque y sabrás de su poder. En un jardín no puedes sentir su poder; no está ahí, es hecho por el hombre. Puedes contemplarlo, es hermoso, pero es cultivado, está planeado, manipulado".
Osho, El bote vacío
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