"Yo no predico ni la igualdad ni la desigualdad, predico la singularidad. Cada individuo es único y debe ser respetado en su unicidad. Dado que todo individuo es único, el derecho de nacimiento debería ser la igualdad de oportunidades para desarrollar tu unicidad.
Es un hecho muy simple y evidente. Han pasado dos mil años y todavía no habéis sido capaces de crear otro Jesucristo. Han pasado veinticinco siglos y todavía no habéis sido capaces de crear otro Gautama Buda. ¿Y todavía seguís afirmando que todos los hombres son iguales? Cada individuo es único y habría que respetarlo como si fuese un mundo. No es ni inferior ni superior a nadie; es sencillamente él mismo. Su belleza está en su soledad. Ya no eres una multitud, una masa; eres tú mismo".
Osho, Cambio. Cómo convertir una crisis en una oportunidad