Ir al contenido principal

La empresa ha acabado con el hombre occidental

"El hombre occidental ha conseguido la abundancia que toda la humanidad ha estado anhelando durante siglos. Occidente ha logrado hacerse rico económicamente, y ahora está muy cansado, agotado. Ha tenido que poner toda su alma en la empresa. La empresa ha acabado con el hombre occidental. Exteriormente, lo tiene todo a su disposición, pero ha perdido el contacto con el interior. Ahora todo lo que el hombre necesita está ahí, pero el hombre ya no está ahí. Las posesiones están ahí, pero el maestro ha desaparecido. Ha ocurrido un gran desequilibrio. La riqueza está ahí, pero el hombre no se siente rico en absoluto; por el contrario, el hombre se está sintiendo muy empobrecido, muy pobre.

Piensa en esta paradoja: sólo cuando eres rico exteriormente, por contraste, te das cuenta de tu pobreza interior. Cuando exteriormente eres pobre, nunca te das cuenta de tu pobreza interior, porque no hay contraste. Se escribe con una tiza blanca sobre una pizarra negra, no sobre una pizarra blanca. ¿Por qué? Porque sólo se verá sobre un fondo negro. Tiene que haber contraste.

Cuando eres exteriormente rico, de repente, ocurre una gran consciencia, la consciencia de que "interiormente soy pobre, un mendigo". A la que acompaña como si fuera su sombra la desesperanza de que: "Hemos conseguido todo lo que hemos pensado --hemos satisfecho toda la imaginación y fantasías-- y de ello no ha salido nada, ni alegría, ni felicidad".

Occidente está desconcertado. De este desconcierto, surge un gran deseo: cómo volver a tener contacto con uno mismo.

La meditación no es otra cosa que retomar de nuevo tus raíces en el mundo interior, tu interioridad".


Osho, Aprender a silenciar la mente