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La presencia del ser...es el estado fundido de la persona, es como si desapareciera la flor y sólo quedara su aroma. No puedes tocarlo, pero te embelesa.

         "La no mente  la experimentas en tu interior. Nadie más puede verla, es puramente subjetiva. La no mente conlleva una tremenda presencia.  Cuando estás en  la mente, estás casi ausente.  La cantidad de presencia o ausencia se debe medir por la consciencia. Tu capa de consciencia es muy fina, esa es tu única presencia. Por lo demás, el noventa por ciento está ausente.
          Pero una persona de no mente está presente al ciento por ciento. Puedes sentir su presencia desde el exterior. No puedes ver su no mente. La presencia de su ser es lo que irradia el estado de quietud que hay en su interior. No está a tu alcance, pero si estás dispuesto, si estás receptivo, puedes experimentar algo de la tremenda presencia de su ser. En cada uno de sus gestos, en cada una de sus miradas, en cada una de sus palabras o incluso en su silencio, te puede llegar la presencia de su ser.
          La presencia del ser aparece cuando desaparece la persona como tal. La presencia es el estado fundido de la persona, es como si desapareciera la flor y sólo quedara su aroma. No puedes tocarlo, pero te embelesa.  A las personas cuyo ser está absolutamente presente --alerta en un ciento por ciento--  se la conoce en el mundo del idioma como personas con carisma. No hay ningún otro carisma. Sólo hay un carisma y un aura carismática, y esa aura proviene de la no mente. Pero la no mente es el centro que está en el interior, y la circunferencia de esa mente o esa no mente es el aura.
          Cuando en tu interior todo se queda en silencio, ya no eres lo que solías ser, una persona. Ahora sólo eres una fragancia, una presencia... Pero tu presencia es más profunda. Se ha vuelto un sólido haz de luz...
          La presencia del ser es un derivado de la no mente.
          Pero tienes que comprender antes  la mente porque es donde te encuentras y de donde empieza el viaje hacia la no mente, que culmina finalmente en una bella fragancia  --la vigilancia--, en un aura mágica que te rodea...
          Pero la mente es un lugar muy oscuro. Intentar comprender la luz desde ese punto es casi como intentar que un ciego comprenda la luz.
          Un joven inglés vuelve de una estancia en una casa solariega.
          "¿Cómo te ha ido tu fin de semana", le pregunta un amigo.
          "Bueno -responde-, si la sopa hubiese estado tan caliente como el vino, y el vino hubiese sido tan viejo como la gallina, y la gallina hubiese estado tan tierna como la sirvienta, y la sirvienta hubiese sido tan voluntariosa como la duquesa, habría sido un fin de semana estupendo".
          Así funciona la mente. Si la analizas te reirás de tu propia mente. Nunca está en el presente. No puede tener presencia porque le falta la condición básica. Nunca está en el presente. O bien está en el pasado que ya no existe y no es más que una memoria, una memoria que se desvanece, un lejano eco, tal vez un sueño que una vez tuviste, pero nada más, son castillos en el aire. Aún no has terminado de hacerlo y ya ha desaparecido. Así es como va desapareciendo el pasado. No lo has vivido aún y ya se te escapa de las manos. Pero la mente sigue pensando en él.
          La mente está dirigida hacia el pasado o hacia el futuro. Puesto que el pasado se ha perdido surge, por pura necesidad, una proyección hacia el futuro. El pasado ya no está en tus manos, se ha ido, se ha ido para siempre. No hay manera de que vuelva. Lo único que puedes hacer es proyectar en el futuro lo que te habría gustado hacer, cómo te habría gustado vivir... Naturalmente, si tienes que pensar en el futuro para que sea más pleno que tu ayer, te estarás perdiendo el momento presente. Tu mente se mueve como un péndulo del pasado al futuro, del futuro al pasado. Nunca se queda en el medio, donde se halla la realidad...
          En el presente no puedes recordar, no puedes imaginar, en el presente, ¡puedes ser!  Pero sólo puedes estar en el presente cuando la mente deja de funcionar".

Osho, No tienes nada que perder. En el camino hacia la verdad, la conciencia y la felicidad
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