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Cuando la muerte ocurre y algún ser querido se ha ido, un gran vacío queda en los corazones de aquellos que lo amaron.

Un sannyasin dijo que le gustaría regresar a Occidente por un corto período ya que su padre murió hace dos días y sintió que lo necesitarían en casa.

Osho dice:

“Ayúdalos, porque te necesitarán.

La muerte es una gran experiencia. Si no sabes cómo usarla puedes ser destruido por ella. Si sabes cómo usarla, puede transformar todo tu ser. Puede convertirse en una mutación porque es tremendamente importante.

No hay nada más importante que la muerte en vida, excepto el amor.

Cuando la muerte ocurre y algún ser querido se ha ido, un gran vacío queda en los corazones de aquellos que lo amaron. Ese espacio puede ser usado... puede convertirse en una nueva dirección de la vida. O si no lo usas, lo llenarás con basura otra vez.

Es muy difícil encontrar un hueco en tu continuidad. Cuando llega la muerte, el hueco está disponible. Cuando alguien muere, no sólo es él quien muere; si lo amaste, algo en ti también muere simultáneamente. Cuando desaparece, de repente sientes un vacío en tu interior. Ese vacío puede convertirse en algo muy triste si no se usa de forma creativa. Uno puede sentir que toda la vida ha perdido el sentido, el propósito, la dirección. Uno puede empezar a vivir de forma muerta, a la deriva y esperando la muerte. La vida puede convertirse en un asunto muy, muy pesado.

Pero ese espacio puede ser utilizado. Puede convertirse en meditativo... puede convertirse en un viaje hacia el interior. Puedes encontrar algo que se abra dentro de ti mismo. Cuando la muerte ocurre fuera, puedes cerrar los ojos y la meditación será muy fácil en esos momentos porque el pensamiento se detiene. La muerte es tal que no puedes pensar en ella. No hay nada en que pensar. Es una conmoción, y una conmoción tan grande que todos los viejos patrones de pensamiento simplemente se dispersan.

Por unos momentos, por unos días  --depende de cuánto amaste a la persona--  el shock continúa funcionando dentro de ti. Hace añicos el pensamiento. Esos son los momentos en los que puedes ir más allá del pensamiento muy fácilmente. Puedes montarte en la ola del no-pensamiento que la muerte ha creado en tu interior.

Normalmente, en Occidente en particular, la gente trata de distraerte. Si alguien muere, los amigos, la familia y los parientes intentarán distraerte. Te invitarán a una película, a un circo, a una fiesta, a un picnic, donde el propósito es distraerte. O vendrán y te consolarán en nombre de la religión. Las dos cosas que la sociedad te proporciona son el consuelo y la distracción, pero no la comprensión.

Y una persona que está perdida no sabe qué hacer, así que otros le dan un patrón a seguir.

Por supuesto que uno siente mucho dolor y miseria y quiere deshacerse del vacío que ha surgido, así que cualquier cosa servirá. La gente tratará de escapar del vacío que ha surgido, y eso está mal porque se está perdiendo otra vez una hermosa experiencia que podría haber sido una gran fuerza transformadora.

Así que ve  --y ve con esta idea de que tu familia no sólo te necesita a ti, sino también algo que has aprendido aquí sobre la meditación. Estarán listos para escuchar porque estos momentos son frágiles. Diles que lloren y lloren, no que lo impidan. Diles que estén tan tristes como puedan y que no se escapen de ello sino que lo afronten. La muerte es una realidad, tiene que ser enfrentada.

No hay necesidad de consolarlos; déjalos pasar por ella. Es arduo, doloroso, muy doloroso, pero todo crecimiento es doloroso. Siéntate con ellos, hagan algunas meditaciones juntos. Si no están en ese estado, entonces siéntense juntos en silencio en una habitación. Apaguen la luz y tómense de las manos, y mediten. Tu meditación se transformará. Algo de esa calidad les llegará. Será muy, muy tranquilizador, transformador... Les dará perspicacia…”

Osho, Beloved of My Heart