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Es debido a la oscuridad que la mañana es tan hermosa, es debido a la muerte que la vida tiene tal alegría, es debido a la enfermedad que la salud es significativa.

Pregunta:

Osho, nos animas a celebrar la vida. ¿Qué hay que celebrar?

Respuesta de Osho:

"Puedo entenderlo. La pregunta es relevante. Parece que no hay nada que celebrar. ¿Qué hay que celebrar? Esta pregunta es la pregunta de todos.

Pero la realidad es justo lo contrario. Todo está para celebrar. Cada momento es tan inmenso, es tan fantástico; cada momento como tal es un éxtasis, pero tú estás dormido. El éxtasis llega, flota a tu alrededor y se va. La brisa llega, danza a tu alrededor y se va, y tú sigues dormido. Las flores florecen y la fragancia viene a ti, pero estás dormido. La divinidad sigue cantando de mil y una maneras, la divinidad danza a tu alrededor, pero tú estás dormido.

Me preguntas: '¿Qué hay que celebrar?'. ¿Qué no hay que celebrar? Todo lo que uno puede imaginar está ahí. Todo lo que uno puede desear está ahí. Y es más de lo que te imaginas. Existe en abundancia. ¡La vida es un lujo!

Piensa sin más en un ciego. Nunca ha visto florecer una rosa. ¿Qué ha echado a faltar? ¿Sabes? ¿No sientes compasión por él? ¿Que se ha perdido de algo, de algo divino? No ha visto un arco iris. No ha visto el amanecer ni la puesta de sol. No ha visto el follaje verde de los árboles. No ha visto el color. ¡Qué aburrida es su conciencia! Y tú tienes ojos y dices: ¿Qué hay que celebrar? El arco iris está allí, la puesta de sol está allí, los árboles verdes están allí, en una existencia así de colorida.

Y, sin embargo, lo entiendo. Tu pregunta es relevante. Entiendo que esta pregunta tiene algún significado. El arco iris está allí, la puesta de sol está allí, el océano, las nubes están todas allí, pero tú estás dormido: nunca has mirado. Aunque tienes ojos nunca has mirado la rosa. Has pasado, has visto la rosa. No digo que no la hayas visto: tienes ojos para verla, pero no la has mirado, no has meditado con ella. No le has dado ni un solo momento de tu meditación, nunca has estado en sintonía con ella, nunca has estado al lado de ella, sentado cerca, en comunión. Nunca le has dicho hola, nunca has participado con ella. La vida pasa, estás ahí, no participas. No estás en relación con la vida, por eso tu pregunta es significativa. Tienes ojos y sin embargo no ves, tienes oídos pero no oyes, tienes un corazón pero no amas. Estás profundamente dormido...

No estoy diciendo que no existen los problemas, no te estoy contando cuentos de hadas, no te estoy diciendo que no existen los problemas y que la vida es simplemente hermosa, que no hay espinas sino únicamente rosas; no las hay. Por cada rosa, existen mil espinas. No estoy creando un sueño para ti, una utopía. Soy absolutamente realista y pragmático.

Pero la manera de ir más allá de las espinas es celebrar la vida, es celebrar con esa flor. De hecho, esa flor es más preciosa porque hay mil espinas. Si hubiera flores y flores y no tuvieras espinas, las flores no tendrían sentido. Es debido a la oscuridad que la mañana es tan hermosa, es debido a la muerte que la vida tiene tal alegría, es debido a la enfermedad que la salud es significativa.

No estoy diciendo que no hay nada de qué preocuparse. Hay muchas cosas, pero no hay necesidad de preocuparse por ellas. Se pueden afrontar. Se pueden afrontar sin ninguna preocupación, se pueden afrontar a través de la celebración. Sólo hay dos maneras de afrontarlas: uno es el camino de la preocupación y la otro es el camino de la celebración. El camino de la preocupación es el camino del mundo; el camino de celebración es el camino de la religiosidad”.

Osho,  Sufis The People of the Path, Volumen 1