Ir al contenido principal

La ausencia de deseos es el nirvana.

"Me preguntas: "¿Qué es lo que quiero?"  Te diría que tienes que preguntarte a ti, más que a mí, porque la respuesta depende de quién eres. Si te identificas con el cuerpo, tus deseos son diferentes, la comida y el sexo serían tus únicos anhelos, tus únicos deseos. Son dos deseos animales, los más bajos. No los condeno al llamarlos los más bajos, no los estoy evaluando. Recuerda que sólo establezco un hecho: el peldaño más bajo de la escalera. Pero si te identificas con la mente, tus deseos serán diferentes: música, danza, poesía...

El cuerpo es muy limitado; tiene una simple polaridad: comida y sexo... Pero si te identificas con la mente, la mente tiene muchas dimensiones. Puedes interesarte por la filosofía, puedes interesarte en la ciencia, puedes interesarte en la religión...

Si te identificas con el corazón, tus deseos serán de un orden todavía más elevado que los de la mente. Te volverás más estético, más sensible, más alerta, más amoroso.

La mente es enérgica, el corazón es receptivo. La mente es el hombre y el corazón la mujer. La mente es lógica y el corazón es amor.

Entonces, depende de dónde te instales: en el cuerpo, en la mente, en el corazón. Son los tres lugares más importantes en los que uno puede funcionar. Pero además hay una cuarta opción; en Oriente se llama turiya, que significa simplemente el cuarto, lo trascendental.  Si estás consciente de tu índole trascendental, desaparecen todos los deseos. Uno sólo es, sin ningún deseo en absoluto, sin nada que pedir, sin nada que satisfacer. No hay futuro ni hay pasado. Uno vive sólo el momento, absolutamente contento, satisfecho. En el cuarto estado te vuelves divino...

Entonces avanza de los deseos más bajos a los superiores, de los deseos burdos a los más sutiles y luego a los sutilísimos, porque de ahí es fácil el salto al no deseo, a la ausencia de deseos. La ausencia de deseos es el nirvana".

Osho, La odisea de ser humano