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No eres responsable ante ninguna nación, ante ninguna iglesia, ante ningún Dios. Eres responsable sólo de una cosa, que es el conocimiento de ti mismo.

"Mis sanniasines tienen que ser indagadores, y tal debe ser tu única responsabilidad: conocerte. Te han impartido muchas responsabilidades, pero no ésta. Te dijeron que fueras responsable con tus padres, con tu esposa, con tu marido, con tus hijos, con la nación, con la iglesia, con la humanidad, con Dios. La lista es casi interminable. Pero la responsabilidad más fundamental no está en la lista.

¡Quisiera quemar toda esa lista!

No eres responsable ante ninguna nación, ante ninguna iglesia, ante ningún Dios.  Eres responsable sólo de una cosa, que es el conocimiento de ti mismo. El milagro está en que si puedes cumplir con esa responsabilidad, podrás satisfacer muchas otras responsabilidades sin ningún esfuerzo. Un hombre que se conoce ama a sus hijos, a su esposa, a sus amigos. Su amor tendrá una textura completamente distinta. No será una mezcla de odio, ira, celos, lujuria, amor.

Si piensas en tu amor verás que es muchas cosas que lo contaminan, porque muchas van en contra del amor. Los celos no pueden ser parte del amor. Odio, ira, posesividad no pueden ser parte del amor. El amor no conoce los celos. El amor no conoce la posesividad, sino que, por el contrario, concede la libertad. Es tan sencillo. Si amo a alguien, le daré la libertad absoluta. Si el amor no puede dar la libertad absoluta, entonces ¿quién puede darla?"

OSHO, Creencia, duda y fanatismo. ¿Es esencial tener algo en que creer?