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El amor es alimento, alimento para el alma.

“Toda la vida consiste en... tres partes: desayuno, almuerzo y cena. La infancia es el tiempo del desayuno. Y, como es natural, si no se te da el desayuno hoy, te sentirás muy, muy hambriento, fuera de toda proporción, a la hora del almuerzo. Y si también te has perdido el almuerzo, por supuesto a la hora de la cena estarás casi enloquecido. El amor es alimento es por eso que divido la vida en tres: desayuno, almuerzo, cena.


El amor es alimento, alimento para el alma. Cuando un niño succiona el pecho de su madre por vez primera, está succionando dos cosas, no sólo leche. La leche está entrando a su cuerpo y el amor está entrando a su alma. El amor es invisible, así como el alma es invisible; la leche es visible así como el cuerpo es visible. Si tienes ojos para ver, tú puedes ver dos cosas juntas goteando del pecho de la madre dentro del ser del niño. La leche es solamente la parte visible del amor; el amor es la parte invisible de la leche... el calor, el amor, la compasión, la aprobación.


Si al niño le ha faltado su desayuno, entonces cuando sea joven estará demasiado necesitado de amor... y eso crea problemas…


¿Lo has observado en ti y en otros? La gente que está demasiado necesitada de amor siempre sufre, porque siempre siente que nadie va a satisfacerla. De hecho, nadie va a ser su madre otra vez. En una relación madre-hijo, no se esperaba nada del niño. ¿Qué puede un niño hacer? Él es indefenso. No puede devolver nada. A lo más puede sonreír, eso es todo, o seguir con sus ojos adonde va la madre, eso es todo. Gestos pequeños, hermosos, pero nada más puede hacer. La madre tiene que dar, el niño tiene que recibir.


Si a la hora del desayuno te ha faltado esto, entonces buscarás a una mujer que pueda ser tu madre. Ahora, una mujer está buscando un amante, no un hijo; va a haber problemas allí. A menos que por casualidad, por accidente, puedas encontrar a alguna mujer que esté buscando un hijo. Entonces las cosas se asentarán; entonces dos enfermedades se acoplarán.


Sucede siempre: un pesimista encuentra siempre a un optimista que le acomode; un sádico encuentra siempre a un masoquista que le acomode; una persona dominante encuentra siempre a alguien que está necesitando la dominación, entonces se acoplan. Tú no puedes encontrar a dos masoquistas viviendo juntos, nunca. He mirado millares de parejas: hasta ahora no he podido toparme con una sola pareja en la cual ambos compañeros sean sádicos o ambos compañeros sean masoquistas. Es imposible vivir juntos; tienen que acoplarse. Solamente los contrarios se acoplan, y la gente siempre se enamora del opuesto…


Es por eso que el hombre parece estar tan interesado en los pechos de las mujeres; de lo contrario no hay necesidad de estar tan interesado en los pechos de las mujeres. El interés demuestra simplemente que en tu niñez, al momento de tu desayuno, te ha faltado algo. Continúa, se asoma en tu mente, te persigue. Los pechos son para la hora del desayuno. ¿Por qué continúas ahora pensando en ellos y pintándolos?


Observa en lo profundo, porque no es tu responsabilidad, no tiene nada que ver contigo. Tú no puedes ahora cambiar a tu madre. Sucedió como sucedió, pero tú puedes hacerte consciente. Puedes hacerte consciente de todas estas cosas que llevas dentro. Y llegando a ser consciente un milagro sucede. Si te haces consciente de estas cosas, comienzan a caer. Pueden aferrarse a ti solamente en profunda inconsciencia. Una profunda consciencia comienza a ser una fuerza que transforma.


¡Así que hazte consciente! Si tienes algunas actitudes infantiles hacia el amor, hazte consciente, descubre, busca profundamente. Y con sólo hacerte consciente, caen. Entonces nada más se necesita. No es que primero tengas que hacerte consciente y luego tengas que preguntar ¿Qué hacer ahora? Al momento que te haces consciente desaparecen, porque llegando a ser consciente te estás haciendo adulto.


Un niño no es consciente. Un niño vive en una inconsciencia profunda. Llegando a ser consciente te conviertes en adulto, maduro, así que todo lo que se aferraba en tu inconsciencia desaparecerá. Así como traes la luz a una habitación y la oscuridad desaparece, trae la conciencia a lo profundo de tu corazón.


Luego está la gente que también se pierde su almuerzo. Entonces en su vejez se convierten en lo que llaman viejos verdes. Entonces en su vejez piensan continuamente en sexo y nada más…


Ve y escucha a los supuestos santos en la India, y siempre los encontrarás continuamente hablando en contra del sexo y elogiando el brahmacharya, celibato. Esta gente debe haberse perdido incluso su almuerzo. Ahora la hora de la cena ha llegado y están enojados…


Haz una cosa: sólo ve y ayuna durante tres semanas, y entonces por todas partes empezarás a ver comida ¡por todas partes! Incluso puedes ver una luna llena precipitándose en el cielo y dirás que parece pan, un chapatti. Así es cómo sucederá. Comenzarás a proyectar, tu imaginación jugará juegos contigo.


Si esto sucede, entonces la compasión nunca surge. Muévete lentamente, alerta, observando, sé amoroso. Si eres sexual yo no digo que sueltes el sexo: Digo que lo hagas más alerta, hazlo más como una plegaria, hazlo más profundo, de modo que pueda convertirse en amor. Si eres amoroso, entonces hazlo aún más agradecido; trae a él una gratitud más profunda, alegría, celebración, plegaria, meditación, de modo que pueda convertirse en compasión.


A menos que la compasión te haya sucedido, no pienses que has vivido correctamente o que has vivido en lo absoluto. La compasión es el florecimiento. Y cuando la compasión sucede a una persona, se sanan millones. Quienquiera que llega a su alrededor se sana. La compasión es terapéutica”.


Osho, A Sudden Clash of Thunder

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