"Tu felicidad no brota de ti mismo. Tu nombre sale en una lotería y eres feliz. ¿Qué prueba esto?, sólo tu pobreza, sólo un hombre que puede ser feliz porque su nombre salió en la lotería.
Cualquier cosa que viene de afuera y te hace feliz, te hace también esclavo, te hace también dependiente. ¿Qué clase de felicidad es si destruye tu libertad?
León Tolstoi tiene una hermosa historia. Un pobre sastre solía comprar cada mes un ticket para la lotería, había estado haciéndolo durante veinte años pero nunca salió su número.
Su familia, sus amigos se cansaron y le dijeron: "¿Por qué gastas tu dinero?, eres tan pobre". Pero el ticket debe ser comprado. Se ha vuelto casi un ritual religioso.
Pero una vez el milagro sucedió, una limosina negra vino al negocio del pobre sastre y un hombre bajó con una gran bolsa: ¡el sastre había ganado la lotería!, no lo podía creer, pero tuvo que creerlo cuando el dinero le fue entregado.
Estaba tan feliz, cerró la puerta de su negocio y arrojó la lleva en un pozo, porque ahora: ¿cómo es la cosa? Tiene tanto dinero, puede vivir toda su vida cómodamente, disfrutando todo lo que está disponible en el mundo... pero no se dio cuenta de que el dinero se va muy rápido en prostitutas, en alcohol, en el juego. Hizo toda clase de cosas que nunca había imaginado, perdió su salud y en dos años todo el dinero se había ido.
Volvió a su negocio. La gente decía: "¿Qué pasó?, ¡te ves tan viejo!"; dijo: "Esa maldita lotería que destruyó mi salud, que me llevó a lugares a donde no debía haber ido nunca. Pero, ¿qué puedes hacer con dinero?, es una tentación constante, todo está perdido. Por favor, ayúdenme a encontrar mi llave". Algún hombre joven entró en el pozo, buscó su llave, la llave fue encontrada, abrió su negocio y comenzó su trabajo.
Pero por su antiguo hábito, aún continuó comprando un ticket cada mes. Ahora la gente decía: "¿por qué lo estás haciendo? No ha sido una bendición para ti, ha sido una maldición".
Él decía: "Yo sé, y sé que no va a suceder otra vez, y no deseo que suceda otra vez". Ellos decían: "¿Entonces por qué sigues comprando el ticket?"; él decía: "Si no compro el ticket, durante todo el mes siento que algo está faltando, se ha tornado mi hábito de toda la vida, soy adicto, entonces no me impidan que compre mi ticket, saben, durante veinte años no pasó nada, y no puedo pensar que tengo veinte años más para vivir. Esos dos años me han destruído completamente".
Pero los milagros suceden, suceden en cadena. Al año siguiente, vino nuevamente la limosina negra, y él dijo: "¡Dios mío! Ahora estoy acabado". La gente le dijo: "No necesitas hacer todas esas cosas". Nuevamente él cerró la puerta, arrojó la llave en el pozo y dijo: "Ahora no habrá necesidad de sacarla, porque no pienso que pueda sobrevivir".
"La primera lotería casi terminó conmigo -75%-, y ésta terminará con el 25% restante".
Tal es la inconsciencia del hombre. De nuevo la misma ronda de prostitutas, de beber alcohol, de jugar... ¿Cuál es tu felicidad? ¿Es una bendición?...
¿Qué es la felicidad? Excepto que tu felicidad venga de tu interior, tal como las flores vienen de los jugos internos del árbol... si tu felicidad es una flor de tu ser, justifica la existencia. Toda tu así llamada felicidad de poder y dinero y prestigio, es sólo una migraña...
Un hombre auténtico, racional, está siempre buscando la verdad, la razón es el hambre por la verdad".
Osho, Zarathustra, un dios que puede bailar
http://osho-maestro.blogspot.com/
Cualquier cosa que viene de afuera y te hace feliz, te hace también esclavo, te hace también dependiente. ¿Qué clase de felicidad es si destruye tu libertad?
León Tolstoi tiene una hermosa historia. Un pobre sastre solía comprar cada mes un ticket para la lotería, había estado haciéndolo durante veinte años pero nunca salió su número.
Su familia, sus amigos se cansaron y le dijeron: "¿Por qué gastas tu dinero?, eres tan pobre". Pero el ticket debe ser comprado. Se ha vuelto casi un ritual religioso.
Pero una vez el milagro sucedió, una limosina negra vino al negocio del pobre sastre y un hombre bajó con una gran bolsa: ¡el sastre había ganado la lotería!, no lo podía creer, pero tuvo que creerlo cuando el dinero le fue entregado.
Estaba tan feliz, cerró la puerta de su negocio y arrojó la lleva en un pozo, porque ahora: ¿cómo es la cosa? Tiene tanto dinero, puede vivir toda su vida cómodamente, disfrutando todo lo que está disponible en el mundo... pero no se dio cuenta de que el dinero se va muy rápido en prostitutas, en alcohol, en el juego. Hizo toda clase de cosas que nunca había imaginado, perdió su salud y en dos años todo el dinero se había ido.
Volvió a su negocio. La gente decía: "¿Qué pasó?, ¡te ves tan viejo!"; dijo: "Esa maldita lotería que destruyó mi salud, que me llevó a lugares a donde no debía haber ido nunca. Pero, ¿qué puedes hacer con dinero?, es una tentación constante, todo está perdido. Por favor, ayúdenme a encontrar mi llave". Algún hombre joven entró en el pozo, buscó su llave, la llave fue encontrada, abrió su negocio y comenzó su trabajo.
Pero por su antiguo hábito, aún continuó comprando un ticket cada mes. Ahora la gente decía: "¿por qué lo estás haciendo? No ha sido una bendición para ti, ha sido una maldición".
Él decía: "Yo sé, y sé que no va a suceder otra vez, y no deseo que suceda otra vez". Ellos decían: "¿Entonces por qué sigues comprando el ticket?"; él decía: "Si no compro el ticket, durante todo el mes siento que algo está faltando, se ha tornado mi hábito de toda la vida, soy adicto, entonces no me impidan que compre mi ticket, saben, durante veinte años no pasó nada, y no puedo pensar que tengo veinte años más para vivir. Esos dos años me han destruído completamente".
Pero los milagros suceden, suceden en cadena. Al año siguiente, vino nuevamente la limosina negra, y él dijo: "¡Dios mío! Ahora estoy acabado". La gente le dijo: "No necesitas hacer todas esas cosas". Nuevamente él cerró la puerta, arrojó la llave en el pozo y dijo: "Ahora no habrá necesidad de sacarla, porque no pienso que pueda sobrevivir".
"La primera lotería casi terminó conmigo -75%-, y ésta terminará con el 25% restante".
Tal es la inconsciencia del hombre. De nuevo la misma ronda de prostitutas, de beber alcohol, de jugar... ¿Cuál es tu felicidad? ¿Es una bendición?...
¿Qué es la felicidad? Excepto que tu felicidad venga de tu interior, tal como las flores vienen de los jugos internos del árbol... si tu felicidad es una flor de tu ser, justifica la existencia. Toda tu así llamada felicidad de poder y dinero y prestigio, es sólo una migraña...
Un hombre auténtico, racional, está siempre buscando la verdad, la razón es el hambre por la verdad".
Osho, Zarathustra, un dios que puede bailar
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