Ignora el manicomio que tienes en tu cabeza. Todo el mundo lo tiene, así que no es nada especial. Simplemente mantén tu espalda hacia él. Y pon toda tu energía en la alegría y el amor, en el silencio y la paz, en la compasión, en la amistad.
“Satgyana….Estás diciendo: "A veces la alegría, el amor, el silencio. Otras veces parece que tengo un manicomio en mi cabeza". Todo el mundo tiene ese manicomio, es nuestra herencia. Tus padres te lo han dado, tus sacerdotes te lo han dado; tus líderes, tus maestros, toda tu cultura te ha dado una sola cosa como herencia --y es un manicomio en tu cabeza.
Pero ellos no son responsables. Lo mismo se ha hecho con ellos: cada generación sigue dando todo tipo de tensiones y enfermedades, supersticiones, locuras, a la nueva generación. No tienen nada más que dar. Pero son afortunados de que una parte de su mente sienta a veces alegría, amor y silencio. Estas son fuerzas tan poderosas y potentes que no necesitas prestar atención al manicomio.
Recuerda que prestar atención es dar comida. Ignora el manicomio. Vierte todo el alimento en tu alegría, en tu amor y en tu silencio. No dejes nada para todos los lunáticos que viven en tu cabeza. Empezarán a abandonarte...
Simplemente debes ignorarlos. Déjalos estar ahí, pero compórtate como si no lo estuvieran, y vierte toda tu energía --sin retener nada-- en la alegría, en el amor, en el silencio. Así que la parte lunática de tu mente empezará a encogerse por sí misma, se extinguirá.
Esta es la diferencia entre la psicología occidental y la exploración oriental del ser interior del hombre. La psicología occidental presta demasiada atención al asilo de lunáticos --y eso es darle comida. No verán a Sigmund Freud hablando de alegría o amor o silencio o paz o felicidad.
En toda la literatura de la psicología no encontrarás estas palabras ni siquiera mencionadas. Tienen su propio vocabulario... esquizofrenia, neurosis, psicosis.
Cada vez que un psicoanalista te mira, está buscando al lunático; no está buscando nada que esté cuerdo en ti. Sigue sacando más y más, escarbando más y más en la parte lunática de tu mente. Te convence de que estás completamente loco.
El enfoque oriental es tan totalmente diferente, y tan saludable, que no encontrarás neurosis, psicosis, esquizofrenia, doble personalidad... todas estas palabras y sus complejas definiciones, explicaciones…
Oriente ha enfatizado la parte más saludable en ti, la parte alegre en ti, la parte espiritual en ti.
Mi propia experiencia es que cualquier cosa a la que prestes atención, empieza a crecer. La atención es un alimento; y todo lo que ignoras empieza a morir…
La atención es un alimento invisible: cuando miras a alguien con amor, con alegría, con compasión, le estás dando a esa persona algo que no se puede comprar, algo que le hace sentir necesitado, algo que le hace sentir digno de existir. Cuando la persona es ignorada, lentamente, lentamente, comienza a sentir: "No soy necesitado; nadie siquiera toma nota de mí. Entonces, ¿por qué seguir viviendo?"
Empieza a perder interés en estar vivo. Y en el momento en que deja de estar interesado en estar vivo, no puede estar vivo por mucho tiempo, incluso si se satisfacen todas las necesidades físicas.
Pero hay una necesidad espiritual. Yo lo llamo la necesidad de ser necesitado. Alguien te necesita y de repente sientes un nuevo aumento de energía. El meditador comienza a sentir como si toda la existencia lo necesitara: los árboles lo necesitan, las montañas lo necesitan, los ríos lo necesitan. La vida extática del místico se basa en esta experiencia, que es necesitado incluso por las estrellas lejanas; que cuando la rosa florece, necesita que alguien la aprecie…
Así que recuerda una cosa, ignora el manicomio que tienes en tu cabeza. Todo el mundo lo tiene, así que no es nada especial. Simplemente mantén tu espalda hacia él. Y pon toda tu energía en la alegría y el amor, en el silencio y la paz, en la compasión, en la amistad.
Te sorprenderá que cuando toda tu energía se transforma en estas cualidades positivas, las cualidades negativas empiezan a desaparecer como la oscuridad...
Cuando digo: "Ignóralo", simplemente estoy diciendo: "Compórtate como si no estuviera allí y vierte toda tu energía en el mundo positivo, en todos esos hermosos valores que te hacen no sólo un ser humano, sino que incluso pueden ayudarte a trascender la humanidad y convertirte en un Buda…”
