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Todos buscan fuera, aunque el tesoro esté adentro.

“Es un fenómeno simple, los niños aprenden de sus mayores; lo que sea que hagan los demás, los niños empiezan a hacerlo. Nuestros niños ven películas y televisión y crímenes y suicidios y robos, y todo tipo de cosas. Están aprendiendo. Ven violencia por doquier, violación, asesinato, y empiezan a repetir el patrón. Sus hijos aprenderán de ellos, se convierte en rutina; todos buscan fuera, aunque el tesoro esté adentro.


Jesús dijo una y otra vez: «El Reino de Dios está en su interior», pero incluso sus seguidores cercanos nunca lo entendieron. Incluso cuando llegó la última noche y Jesús iba a ser capturado, le preguntaban por el Reino de Dios en el cielo, ¡cuando toda su vida el pobre hombre dijo que el Reino de Dios estaba dentro de ti!


En la última conversación con los discípulos, éstos le preguntaron: «Sólo dinos una cosa, maestro: en el Reino de Dios, tú estarás sentado a la derecha de Dios, y de entre nosotros, tus 12 discípulos cercanos, ¿quién estará sentado a tu lado?».


Se ve la estupidez, la política, la cuestión de jerarquía. Y el pobre hombre dijo toda su vida: «Dichosos quienes no ansían ser los primeros, porque serán los primeros». Pero la gente sigue escuchando palabras, hermosas palabras; las aprecian pero no las entienden. Se nos ha escapado Buda, se nos ha escapado Jesús, se nos han escapado todos los grandes maestros, y es por eso que tenemos esta humanidad miserable”.


Osho, Lo último de la noche

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