Ir al contenido principal

Yo sólo sé una cosa: que si me ha sucedido a mí, te puede suceder a ti. Le puede suceder a cualquiera.

"La verdad siempre está ahí, nos rodea, pero estamos tan perturbados en el interior que no podemos reflejarla. La luna llena está ahí, las estrellas están ahí, pero el lago está tan turbado, hay tantas olas que no puede reflejar la luna llena. No puede regocijarse en la luna llena, no puede regocijarse en las estrellas. Sigue siendo ciego ante el cielo que está justo ahí. Lo único que se necesita es que el lago se vuelva un poco silencioso.

Toda mi intención aquí es ayudarte a hacer que tu consciencia sea un lago silencioso. Y es posible. Si me puede pasar a mí, te puede pasar a ti. Yo no presumo de extraordinariedad. Las religiones le han hecho un gran daño a la humanidad presumiendo lo extraordinario de sus fundadores, porque si Jesús es el hijo de Dios, entonces por supuesto que puede ser silencioso. Pero somos seres humanos ordinarios; ¿cómo podríamos alcanzar esa altura? Ése es su privilegio especial. Lo único que podemos hacer es adorarlo. Podemos ser cristianos, pero no cristos. Ésa es la conclusión de toda la historia humana.

Krishna es la encarnación de Dios, así que quizá a él le sea posible ser una no-mente. Pero, ¿cómo podemos hacerlo? Somos simples mortales ordinarios, no somos encarnaciones de Dios. Esas ideas tontas de que el fundador es especial han sido promulgadas por todas las religiones, propagadas por todas las teologías. Una vez que vuelves especial al fundador de una religión, se vuelve absolutamente inútil y se desconecta de la humanidad. Yo soy una persona bastante ordinaria, como tú: no soy hijo de Dios ni encarnación de Dios, ésas son puras tonterías.

Yo sólo sé una cosa: que si me ha sucedido a mí, te puede suceder a ti. Le puede suceder a cualquiera. Sólo basta un poco de esfuerzo, nada más; ningún privilegio especial de nacimiento, sólo un poco de esfuerzo, un poco de la inteligencia que se le dio a todo mundo. Y cuando alcances tu silencio interior, sucederá un cambio radical”.

Osho, Lo último de la noche