No eres ni el cuerpo ni la mente, eres consciencia pura.... esa consciencia pura estaba antes del nacimiento y permanecerá después de la muerte. Es inmortal... Y descubrir la inmortalidad es descubrir la divinidad, descubrir la inmortalidad es descubrir la eternidad.
"Un hombre de consciencia, una persona meditativa, nunca se distrae, porque lo observa todo.
Observará el teléfono sonar, al niño llorar, a los vecinos y su radio subir y subir de volumen; él no tiene nada que ver con eso. Está tranquilo y calmado y abierto por todos lados. Así que, pase lo que pase —si el tren silba, si los aviones pasan, si hay un llamado distante del cuco— todo está incluido. La concentración significa que sólo una cosa está incluida, todo lo demás está excluido.
La meditación significa que todo está incluido, nada está excluido; simplemente estás descansando dentro de ti mismo. Es un truco. Si lo sigues practicando, despacio, despacio, aprendes el truco. Y cuando has aprendido el truco de la meditación, eres un ser nuevo. Es un nuevo nacimiento, el verdadero nacimiento, porque en ese preciso momento sabes que no eres ni el cuerpo ni la mente, eres consciencia pura. En ese preciso momento sabes que esa consciencia pura estaba antes del nacimiento y permanecerá después de la muerte. Es inmortal. Es el descubrimiento de la inmortalidad. Y descubrir la inmortalidad es descubrir la divinidad, descubrir la inmortalidad es descubrir la eternidad".
