Ir al contenido principal

De eso se trata la meditación: una estrategia para detener a esa mente en constante parloteo, esa mente loca que sigue y sigue sin razón alguna.

 “La única preparación necesaria para experimentar la divinidad es dejar la mente de lado. De eso se trata la meditación: una estrategia para detener a esa mente en constante parloteo, esa mente loca que sigue y sigue sin razón alguna. Está ocupada sin ocupación. No estoy diciendo que se tenga que destruir la mente; sólo tiene que dejarse de lado para que, cuando la necesites, la puedas usar. Es como tu coche estacionado en tu garaje. Cuando quieres usarlo puedes sacarlo del garaje, entonces tú eres el amo.


Pero, por lo general, la situación es justo la contraria: el coche insiste en no entrar al garaje. El coche dice: «No me voy a detener». El coche dice: «Tienes que correr conmigo». Y sigue corriendo, 24 horas al día. Incluso cuando estás dormido, la mente sigue y sigue. Por lo general, cuando empieza en la infancia, no se vuelve a detener hasta la muerte, a menos de que alguien empiece a desplazarse hacia la meditación.


Para los pocos que entran a la meditación, la mente se detiene y de pronto se vuelven conscientes del sol que se estaba escondiendo detrás de las nubes de la mente. Esa consciencia de la luz última, del sol último, es conocimiento divino”.


Osho, Lo último de la noche

https://osho-maestro.blogspot.com/