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La comunión es una reunión silenciosa.

“Cuando dos personas se encuentran sin encontrarse, sin fusionarse, sin derretirse  --ambos mantienen una distancia segura entre sí--,  se llama comunicación.

Pueden estar hablando, pero nadie está escuchando. Hablan casi como si estuvieran dormidos. Su conversación puede ser aparentemente relevante, racional, pero en el fondo, es algo totalmente diferente. Cuando uno habla, el otro finge escuchar, pero en realidad está preparando lo que va a decir cuando el otro se detenga. No está en silencio, no está absorbiendo, no está permitiendo que el otro se acerque a su corazón.

De hecho, cuando dos personas se encuentran, hay cuatro personas, no dos. Dos son las personas reales que se esconden detrás de dos falsas personalidades; ambas pretenden ser lo que no son. Ambos tratan de mostrar lo mejor de sí mismos, ambos están en exhibición, ambos son showmen. Las personas reales están escondidas detrás; son inaccesibles. A lo sumo se puede tener contacto con la máscara, con la personalidad.

Y porque la personalidad es falsa, todas sus promesas son falsas, todos sus compromisos son falsos --dice algo, hace justo lo contrario. Dice algo, significa algo más...

Parece una locura, pero cuando te encuentras con gente, ni tú eres tú, ni la otra persona es él mismo. Ambos llevan una fachada, una máscara. Ambos se esconden detrás de ella; las realidades no entran en contacto, sólo las hipocresías se comunican. Y la comunicación es lo único que conocemos normalmente.

La comunión es posible cuando las personalidades se dejan caer y en lugar de cuatro sólo hay dos --los seres reales y auténticos.

La comunión es una reunión silenciosa.

Así como un río desaparece en el océano, dos seres desaparecen uno dentro del otro, sin retener nada. Dos llamas se acercan una a la otra y de repente se convierten en una sola. Ninguna pierde nada, y ambas ganan todos los tesoros de la otra”.

Osho, The New Dawn