“La meditación te hace consciente de la gran música...
la música de fuera y la música de dentro.
Está ahí,
pero no estamos alerta,
no estamos despiertos,
por lo que seguimos perdiéndola,
de lo contrario toda la existencia no es más que música.
Esa música es llamada "Dios" por los místicos.
Dios no es una persona,
sino la última armonía de la existencia;
es una orquesta.
Todo está en sintonía con todo lo demás.
Los árboles están en sintonía con la tierra,
la tierra está en sintonía con el viento,
el viento está en sintonía con el cielo,
el cielo está en sintonía con las estrellas,
y así sucesivamente.
No hay una jerarquía.
Incluso la más pequeña hoja de hierba
es tan significativa como la estrella más grande.
Ambas contribuyen a la orquesta de la existencia.
Ambos la realzan, la enriquecen.
Todo está sucediendo en tan profundo acuerdo,
pero el hombre sigue sin ser consciente de ello.
Esa inconsciencia se convierte en su miseria
y comienza a sufrir sus propias pesadillas inventadas.
De lo contrario,
la vida es una celebración…”
Osho, The Golden Wind