“La consciencia nos convierte en un individuo, un solitario pino bailando en el viento, un solitario pico de montaña iluminado por el sol en su total gloria y belleza, un solitario león y su tremendamente bello rugido que sigue resonando por kilómetros en los valles.
La multitud es siempre de ovejas; y todos los esfuerzos del pasado han sido para convertir a cada individuo en un engranaje de la rueda, en una parte muerta de una multitud muerta. Cuanto más inconsciente esté y más su comportamiento esté dominado por la colectividad, menos peligroso será. De hecho, se vuelve casi inofensivo. No puede destruir ni siquiera su propia esclavitud...
Cada niño nace como un individuo, pero rara vez un hombre muere como un individuo.
Mi trabajo es ayudarte a enfrentar tu muerte con la misma inocencia, con la misma integridad, con la misma individualidad con la que conociste tu nacimiento.
Entre tu nacimiento y tu muerte, tu baile debe permanecer consciente y solitario, llegando a las estrellas; solo, sin compromisos --un espíritu rebelde. A menos que tengas un espíritu rebelde, no tienes ningún espíritu...
Mi trabajo es sacar a los individuos de cualquier multitud: cristiana, mahometana, hindú, judía; cualquier multitud política, racial, nacional: india, china, japonesa. Estoy en contra de la multitud y absolutamente a favor del individuo, porque sólo el individuo puede salvar el mundo. Sólo el individuo puede ser el rebelde y el nuevo hombre, la base de la futura humanidad….
Estoy enseñando a mi gente a ser meditadores, a ser personas que puedan disfrutar de la soledad, a ser personas que puedan respetarse a sí mismas sin pertenecer a ninguna muchedumbre; que no van a vender sus almas por ningún premio y honores y respetabilidad o prestigio que la sociedad pueda darles. Su honor, su prestigio y su poder está dentro de su propio ser --en su libertad, en su silencio, en su amor, en su acción creativa--, no en su reacción. Lo que hacen los demás no es determinante para su vida.
Su vida brota de su interior. Tiene sus propias raíces en la tierra y sus propias ramas en el cielo. Tiene su propio anhelo de llegar a las estrellas.
Sólo un hombre así tiene belleza, gracia. Sólo un hombre así ha cumplido el deseo de la existencia de darle nacimiento, de darle una oportunidad. Los que permanecen como parte de la multitud han perdido el tren”.
Osho, The Rebel